Después de un tiempo viviendo fuera, te das cuenta de varias cosas. Entre otras: a) que la gente se aclimata; b) que todos los líos posibles AUN no se han cumplido; c) que aún así, ya no queda mucho más por ver. Lo divertido de esto es cuando te conviertes en una tercera persona que está ahí, básicamente, para observar, a poder ser, sin ser visto (cosa prácticamente imposible, pero que se puede intentar)
Lo bueno es, sin duda, de noche. La gente que vive a mi alrededor está loca, pero entre mis solteras y solteros favoritos se ha comenzado a desarrollar una pauta (para mi, nada sana) común: ser el perro del hortelano. Si, si, ese, el que ni come, ni deja comer.
Personalmente considero que es un coñazo, os pondré en antecedentes:
Situación A
Solterita que lleva dándole largas al Chico X durante la friolera de más de seis meses.
Características del susodicho Chico X: encantador, agraciado, inteligente.
Problema: El Chico X decide finalmente pasar de la Solterita y buscarse otra novia con la que retozar.
Resultado: La Solterita tiene celos.
Es enfermizo, para mi gusto, pero ¿quién no se ha comportado alguna vez así? Bueno, yo misma. Y cualquiera de mis solteritas también. Eso me lleva a la situación B.
Situación B
Solterita que se siente despechada porque el Chico Y no deja a su novia ni a tiros.
Características del Chico Y: está tan bueno que lo untarías con Nocilla.
Problema: Lo sabe, y por eso tiene novia, para restregarte por la cara que NUNCA le podrás tener.
Solución: La Solterita coge las llaves de su casa y le raya el coche. Que se joda.
No me cansaré de repetirlo, nunca hay que subestimar el poder de la despechada. Nunca, nunca, nunca. Y es que no es solo eso, también puede ser al contrario.
Situación C
Solterita-casada que tiene pareja pero se siente irremediablemente atraída por el Chico Z.
Características del Chico Z: está bueno, es simpático, hace reír.
Problema: el ya mencionado novio de la solterita.
Solución: La Solterita decide seguir el lema de "O mío, o de nadie", con lo que se las arregla para espantarle todo posible ligue que el Chico Z pudiese tener.
Moraleja de toda esta historia: No la hay, sinceramente. Simplemente, que lo que no es tuyo (ni hay posibilidades de que lo sea) déjalo correr. No es sano psicológicamente hablando.