3 de marzo de 2013

Anne Hathaway y el caso del vestido


Cuando tenía unos quince años, el grupo Inditex comercializó unos pantalones (que según mis calculos volverán el año que viene si la moda sigue como sigue en este momento) ajustadísimos con acabado bootcut en una amplia gama de colores y que sacaban lo peor mejor de ti y tu figura pre-adolescente. Bueno, prácticamente todo mi grupo de amigas decidió que dicho modelo de pantalón en color rojo vibrante causaría sensación los fines de semana (adecuadamente conjuntado con calzado -bota o botín- Mustang circa 1998 y parte de arriba de color negro, acompañado con sombra de ojos rosa -o gris para aquellas más rock-) y así todos nuestros armarios tenían uno, en diferentes tallas (debido a dicho cuerpo pre-adolescente). 
Una de ellas creyó que era la única que podía llevarlos sin avisar. Recuerdo perfectamente que ni siquiera fue la primera en comprarlos, pero montaba un número increíble cada vez que a otra de nosotras se nos ocurría ponérnoslos. Es más, era capaz de perseguirte y sacarte defectos toda la tarde para asegurarse de que no te los volvieses a poner nunca. Creo que desde entonces no he vuelto a ponerme un pantalón rojo (o a comprarme nada parecido a lo que ella tenga solo por no oirla)
Pero mi amiga no es la única, hay un montón de chicas así. Estoy segura que en vuestro grupo de amigas siempre está la típica amiga X que te dice "Huy, qué bonito tu (inserta aquí prenda), ¿dónde te lo has comprado?" para luego aparecer con algo similar, que otra gente lo alabe, aparezcas tú con tu prenda original y te digan "Anda, X tiene uno super parecido/a". Y claro, por dentro se te recomen los demonios.
Supongo que algo así le debió de suceder a Anne Hathaway el otro día, la tarde de los Oscars. La actriz, que ganó como Mejor Actriz de Reparto por su papel en Les Misérables, no se coló en la lista de las mejor vestidas porque en el último minuto cambió su elección y, en lugar de aparecer con un Valentino (firma que siempre lleva, incluida en su boda) pisó la alfombra roja vestida con un Prada rosa palo bastante polémico (al que le hacía falta un sujetador)
Al día siguiente, la actriz emitió un (¿era realmente necesario?) comunicado refiriéndose al vestido elegido y pidiendo disculpas a la casa Valentino por el cambio:
"Me llamó la atención el pasado sábado noche que había un vestido que iba a ser llevado a los Oscars que es muy similar al Valentino que pensaba llevar, por lo que decidí que lo mejor para todos los implicados era cambiar mis planes. A pesar de que me encantaba el vestido que llevé, fue una decisión difícil de último minuto ya que pensaba vestir de Valentino en honor a la profunda y significativa relación que he disfrutado con la casa y con Valentino yo misma. Me arrepiento profundamente de cualquier decepción causada."
Todos vimos a Amanda Seyfried espectacular en un Alexander McQueen, muy similar al vestido elegido por Anne al inicio (dcha):


Los rumores dicen que Anne Hathaway se volvió loca de remate al ver el vestido de Seyfried mientras ensayaban, y le pidió a ésta que se lo cambiara, (no se sabe si porque estaba muy segura de que iba a ganar o de por qué) pero vamos, que Amanda Seyfried la miró con cara de quémestáscontando y no se lo cambió. Anne Hathaway tuvo una crisis nerviosa la tarde antes y apareció con el Prada dichoso.
Sí es cierto que hubiese sido comentado de haberse presentado con el Valentino, pero... ¿era realmente necesario armar tanto jaleo por un vestido? Entiendo todo el rollo de los Oscars y tal, que las casas de moda de alta costura tienen publicidad, sobre todo de los ganadores, pero... en serio: ¿era necesario?
Yo si hubiese sido ella me habría puesto el vestido azul de Yves Saint-Laurent que llevó luego a la fiesta de Vanity Fair.



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